Nueva tecnología basada en IA permite crear imágenes a partir de texto y dibujos

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Eugenio Herrera y Lucas Suárez crearon la aplicación “AraucarIA”, un prototipo basado en miles de imágenes que puede recrear desde un auto hasta una pintura. En apenas tres semanas los expertos lograron hacer la app que pudieron testear con usuarios en una feria tecnológica.

 La inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados y está abarcando diversas áreas de la sociedad. Es el caso de “AraucarIA”, una aplicación basada en esta tecnología y que fue desarrollada por dos ingenieros, Eugenio Herrera y Lucas Suárez, del equipo de transferencia tecnológica del Centro Nacional de Inteligencia (Cenia). Se trata de una app que permite crear imágenes a partir de texto y dibujos, al estilo Dall-e, una iniciativa internacional similar, pero de pago. Está será gratuita y ya ha sido probada por niños y adultos.

AraucarIA es una plataforma interactiva que permite dibujar y escribir lo que uno quiere crear. Se puede empezar con bosquejos simples, que el sistema los replica con imágenes más complejas, y luego reingresar algo de manera reiterativa para que vaya mejorando el resultado. Sus creadores destacan que es un proceso de creación en el cual el usuario participa activamente manejándolo hacia una dirección. Los datos que utilizaron provienen de la base de datos, Lion2b, un centro de investigación colaborativo a nivel mundial que tiene dos mil millones de imágenes. AraucarIA utiliza el modelo “stable diffusion”, con el cual “se hizo un juego de ingeniería para que pudiera funcionar con dibujos”, destaca Herrera.  Está disponible en español, alemán y otros idiomas, gracias a un traductor incorporado.

Tiempo récord

Eugenio Herrera, ingeniero de la Universidad Católica y especialista en Machine Learning, señala que crearon la aplicación tras una invitación para participar en el Festival de la Ciencia (FECI) que se realizó en el Centro Cultural Palacio La Moneda, Santiago (octubre de 2022). Ahí se le ocurrió desarrollarla, para acercar la IA a los niños y que se entretuvieran con algo más didáctico, y como ejercicio de creación.

Plantea que tenían sólo tres semanas para hacer el proyecto y testearlo con usuarios, y eso lo tomaron como un desafío. Les serviría para simular lo que sería un ciclo de desarrollo. El experto cuenta que cuando era niño soñaba con poder dibujar y hacer obras maestras. Y al presentarse la oportunidad de poder cumplir su anhelo de pequeño, decidió crear la app. Se llama AraucarIA, ya que querían asociarlo a Chile, por ser un árbol nativo, y coincidió que las últimas dos letras, hacen juego con la IA.

Buena acogida

 Cuando la presentaron en la feria científica, la utilizaron, en mayor medida, niños. El éxito fue tan grande que los invitaron a mostrarla en otros lugares, como, por ejemplo, en el Festival de Ciencia Puerto de Ideas, en Antofagasta, este año. Para su funcionamiento no requiere de grandes recursos. En estos espacios se coloca un notebook con un mouse, conectado a una pantalla grande, para que puedan verlo otras personas.

Herrera relata una anécdota que presenció en el evento al ver a los pequeños interactuar con el sistema. Pensó que no sabían escribir, ya que tenían muchas dificultades con el teclado. Después se dio cuenta de que no se trataba de eso, sino que les quedaba incómodo, ya que están acostumbrados a utilizar celulares. Por eso cree que uno de los próximos pasos, sería desarrollar la app para smartphones, y así lograr mayor sintonía con este grupo etario. En los adultos también hubo buena acogida, y el ingeniero declara que les gustó mucho. Partían dibujando elementos simples y después los hacían más complejos. Las solicitudes a la app iban desde objetos en el espacio hasta pinturas estilo Van Gogh.

 

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Dificultades

 AraucarIA tiene un cierto tipo de complejidad que le permite crear imágenes con los datos que recibe. Este modelo aprendió de una sección de Internet de donde elaboran una especie de mapa mental con la información. Sin embargo, aún no es capaz de realizar todo lo que uno se imagine. Un auto es algo sencillo de realizar, pero los niños que lo utilizaron dibujaban o escribían cosas más difíciles, como por ejemplo, personajes de series, de películas nuevas, o de juegos. El sistema está limitado a la base de datos que utiliza y si surgen elementos nuevos, es probable que no los tenga.

Al no contar con ello, el sistema generaba imágenes aleatorias, pero ahí, surge una oportunidad. A raíz de esto, en sus creadores se generó una unión de sensaciones que los hizo pensar en cómo mejorarla. “Una vez quería hacer un dinosaurio y me di cuenta que si le ponía los colores específicos, con las formas adecuadas, o lo detallaba mejor en el texto, salía mejor”, explica Herrera. A esto se le llama “ingeniería rápida”, un concepto de la IA que tiene que ver con elegir las palabras correctas para que los modelos hagan lo que uno quiere.

Utilidades para el futuro

El desarrollador de Cenia estima que su aplicación podría contribuir a mejorar algunas áreas de nuestra vida cotidiana. Una donde podría funcionar es en la enseñanza escolar, ya que estima que a los niños se les facilitaría aprender a dibujar. Detalla que, en los eventos, varios profesores se le acercaron para saber si podían utilizar el sistema para trabajar en clases con sus estudiantes. Otra área tiene relación con el diseño. “Tengo un amigo que quería decorar su casa y usó una característica que nos gustaría agregar después”, dice el experto. Se trata de la funcionalidad in painting, donde uno toma una foto real, se selecciona lo que uno quiere cambiar y lo reemplaza por algo acorde a la imagen original.

 En este caso, él colocó distintos muebles en la foto del living, para ver cómo se veían. Le funcionó y optó por el que más le gustó. Por eso, Herrera estima que dicha tecnología serviría para decoración interna o para cualquier otro sector que funcione con imágenes y manipulación de IA. Destaca que AraucarIA simplifica el uso de Photoshop, porque la interfaz es más sencilla, con palabras, en vez de una gran cantidad de botones. Con Lucas quieren que siga mejorando, para que sea más intuitiva, rápida y amigable.

 Además, buscan que sea más escalable, para que lo pueda utilizar más gente. Actualmente, tienen que arrendar una máquina, pero intentarán optimizarla para abaratar costos y que siga siendo de uso gratuito. “Me encantaría que fuera de código abierto, para que cualquier persona pueda mejorarla y adaptarla a sus necesidades. Serviría para incentivar a otras personas en Chile o Latinoamérica a que aprendan a hacer una aplicación de inteligencia artificial”, destaca Herrera.

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Por Cristián Yáñez W. Agencia Inés Llambías Comunicaciones

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